Lo que hace a la ciudad
de arena diferente de las otras ciudades es que en vez de aire tiene
arena. La arena cubre completamente las calles, las habitaciones
están repletas del polvo de la arena, sobre la escalera se
posa muchos camellos. Encima de los tejados hay muchos esclavos
trabajando para construir pirámides.
Si los habitantes pueden
andar por la ciudad, entre las tormentas de arena, no lo sabemos.
Sentimos que hay alguien, pero no los vemos. Les conviene quedarse
quietos y tendidos con la boca y los ojos cerrados para que no les
entre arena. Los lugares están repletos de escarabajos,
serpientes y zorros. Hay quien dice que dentro de las pirámides
hay una estatua que se mueve sola. De noche, pegando el oído
al suelo, escuchas los pasos de la estatua.
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